El Esportito

miércoles, 3 de agosto de 2011

Hagan sus apuestas (publicada en 2007)


Se acerca el clásico de clásicos del balompié nacional, sin duda alguna, el partido de la temporada regular más esperado por los medios de comunicación y de la afición águila y rojiblanca.
Las rivalidades en el fútbol se encuentran en todo el mundo, destacando el Boca Juniors vs River Plate en Argentina, Real Madrid vs Barcelona, Sevilla vs Betis en España, Milán vs Inter y Lazio vs Roma en Italia, el Chelsea vs Arsenal en Inglaterra, Rangers vs Celtic en Escocia y así podríamos recorrer los países encontrando históricos enfrentamientos que surgen desde la posición económica hasta las creencias religiosas.
En México, este tipo de partidos tienen características muy especiales, pues son capaces de paralizar por dos horas a una ciudad, de llenar establecimientos de familias, grupos de amigos, parejas y niños.
Es el partido que aunque no juegue tu equipo favorito, no te lo puedes perder, por el espectáculo dentro y fuera de la cancha, por las peleas, los piques, la tensión durante los 90 minutos y sencillamente, porque será el tema de conversación de la semana.
Son de los partidos que no se olvidan hasta que haya revancha y se vuelvan a ver dentro del campo, son de los que te emocionan al máximo, los que provocan desde la mayor alegría hasta la peor de las frustraciones, la risa y el llanto. 
El clásico no es un encuentro cualquiera, aquí se juega mucho más que el orgullo, de este partido depende el estado de ánimo del aficionado en el día o la semana, ganar o perder al apostar la cabellera, el bigote, la barba, dinero, objetos materiales de gran valor e incluso la ridiculización frente a la sociedad.
Nos guste o no, las Chivas contra el América es la mayor rivalidad de nuestro fútbol, pues los aficionados a estos equipos se odian deportivamente durante todo el año, se rechazan, se repelen, se insultan y la peor de todas, se burlan cuando el otro pierde y le va mal.
Pero analizando la realidad, ninguno de los dos sería el mismo si no existiera el otro, estos equipos a lo largo de los años nos han deleitado con batallas épicas, con goles bárbaros, expulsiones y entradas merecedoras de cárcel, conatos de bronca, piques y derechazos inolvidables.
Y como antes de cada clásico, hay preguntas en el aire, que sólo podremos saber la respuesta cuando Marco Antonio Rodríguez, árbitro del partido, dé el silbatazo final.
Algunas de ellas serían ¿Quién será el héroe y quién el villano del encuentro?, ¿Influirán las decisiones arbítrales en el resultado? ¿Jorge Vergara tendrá preparada su excusa, en caso de que pierda el Guadalajara? ¿Le pesará al Ruso-Argentino Daniel Brailovski, su primer clásico como entrenador? ¿Extrañaremos las genialidades de Cuauhtémoc Blanco y las  enormes atajadas de Oswaldo Sánchez? ¿Guillermo Ochoa seguirá con sus grandes actuaciones? ¿Omar Bravo volverá a sorprendernos con su capacidad goleadora?
Esta rivalidad se forja desde pequeños, desde las inferiores algunos de los protagonistas del domingo se han visto las caras y eso los motiva a dar el extra, mas allá de sus capacidades, para sacar la victoria.
En las rivalidades no importa si vas en primero o en último lugar de la tabla, lo que importa es ganar como sea. Es por todo esto que los aficionados al fútbol esperamos ver el domingo un encuentro plagado de esfuerzo, espectáculo, buen fútbol y sobretodo de una rivalidad sana dentro y fuera de la cancha.


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