El Esportito

jueves, 4 de agosto de 2011

La fiesta grande (publicada en 2007)


Queridos aficionados al futbol, hemos llegado indudablemente a la etapa de mayor emoción y trascendencia en el campeonato mexicano,  la liguilla.

El sistema de competencia en el balompié de nuestro país no es el mejor, ni el más justo pero si el más emocionante, pues es un nuevo torneo donde los partidos son de 180 minutos y cada eliminatoria es de vida o muerte. Los equipos que merecidamente o no, ingresaron a esta fase saben que se juegan la temporada en una semana.

 En estas instancias las estadísticas se pierden, no cuenta si fuiste el mejor, si tuviste la mejor defensa o si tu equipo cuenta con el goleador del torneo, lo único que vale es tu desempeño en esos dos partidos, en donde se debe aprovechar al máximo cada minuto la posesión de la redonda y el apoyo que pueda brindar la gente dentro del estadio.

 La única ventaja que existe entre los equipos en este mini torneo es la ubicación en la tabla general, así los de mejor acomodo les basta con empatar el global para acceder a la siguiente ronda, pero esta puede ser un arma de dos filos, ya que los que están debajo salen a ganar obligatoriamente los partidos, lo cual hace bastante atractivos y cardiacos estos juegos.

El Santos, virtual campeón del torneo como diría Daniel “el travieso” Guzmán, comienza como el gran favorito para llevarse la corona a la comarca lagunera, fuimos testigos de una temporada inolvidable para los de Torreón, pues fueron el equipo que demostró mas idea, calidad y sobretodo constancia a lo largo del torneo, consiguiendo 40 goles en 17 partidos, acumulando 38 unidades y finalizando con tan sólo una derrota.

Pero sabemos que en el deporte como en la vida, las sorpresas llegan cuando menos se esperan y cambian por completo el contexto de lo que se vislumbra.  Así que los mandamases del torneo de Apertura no pueden confiarse de ninguno del resto de los invitados “incómodos” a la fiesta grande.

En los torneos cortos hemos visto episodios inolvidables, desde equipos que entran por la puerta de atrás y como por arte de magia desarrollan un futbol imbatible y como los caballos negros ganan en la recta final, hasta aquellos que parten como favoritos y hacen valer esa condición hasta coronarse.

Se ha comprobado que la liguilla no es para los brujos, adivinos y videntes, sino para los aficionados que gustan de ver espectáculo, buen fútbol, polémicas, gritos de euforia, lágrimas y todo aquello que envuelve a este deporte.


Los directivos mantienen vigente la liguilla, gracias a las altas ganancias publicitarias y monetarias que deja este evento durante las tres semanas que se disputa. Injusta o no, la liguilla se disfruta porque mantiene a los aficionados emocionados y expectativos a lo que pueda suceder a media semana y rematar con el partido decisivo ya sea el sábado o el domingo. Así que no queda nada más que frotarse las manos y esperar a que inicie la llamada fiesta grande.





0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio