El Esportito

martes, 9 de agosto de 2011

Entre lo ideal y lo real (publicada en 2008)


Durante la historia hemos sido testigos de que el hombre visualiza siempre lo mejor para él en un futuro, ya sea para un proyecto, al comenzar una obra de arte, al planear reuniones y fiestas con amigos o familiares, siempre vislumbra aquello que para su conveniencia le viene mejor, idealiza las situaciones e imagina el suceso como si en verdad pudiera manejar a placer las circunstancias que nos depara la vida.

Así es como la vida de un aficionado la vive semana a semana, porque desde que compra la playera de su equipo favorito y se enfunda en sus colores para el juego del fin de semana, lo hace pensando en que será un día épico, que quedará grabado en la historia del club, cree que su equipo saldrá con una abultada victoria, que verá goles de talla enorme y que su ídolo será la figura de la semana.

A cada aficionado le gusta ver la victoria de su equipo al final de cada encuentro, pero seguro que le gusta más cuando esa misma victoria viene acompañada de buen futbol, garra y espectáculo.

Varios de los analistas del futbol, entrenadores e incluso jugadores como el italiano Fabio Cannavaro, han declarado que lo más importante es ganar a costa de cualquier cosa, sin importar si se jugó mal o bien, si fue merecido o no, todo eso queda a un lado, sentenciando que el que gana es el mejor en la cancha.

Ya son varios los entrenadores a los que se les llama “resultadistas”, que bien pueden sacar victorias apretadas sobre lo vistoso y pueden tener buenos números, pero sus equipos nunca podrán quedar grabados en la memoria de los aficionados.

Si bien en los últimos años hemos visto planteamientos defensivos efectivos, como el de Grecia en la Euro 2004, Italia en el reciente mundial en Alemania, entre otros, también vemos equipos que juegan bien, veloces, versátiles en sus movimientos, cerrando espacios cuando lo tienen que hacer, buscando la portería contraria pero sobretodo arriesgando, que es lo fundamental para sobresalir en cualquier deporte.

En México como en el resto de las ligas, es entendible que hay equipos que por su plantel limitado o por la lesión de piezas claves en su esquema recurren a este futbol defensivo; pero no se justifica que los grandes, los que derrochan dinero en contrataciones millonarias y publicidad en cualquier tipo de artículos excusen su futbol en sacar el resultado como sea.

Se comprende que actualmente las tácticas se han perfeccionado y cada vez es más difícil arriesgar, pero debemos saber que jugando bien al futbol y promoviendo el espectáculo dentro de la cancha, son fuentes de ganancias, la imagen del equipo crece y por lo tanto llenas estadios, vendes camisetas y ganas  corazones de nuevos aficionados.

Pero como en la vida, el futbol no suele ser justo y no siempre el que sale a proponer gana. Los aficionados seguirán acudiendo con la misma ilusión de ver jugar bien y ganar a su equipo, seguirán comprando banderas, seguirán gritando al viento los pocos o muchos goles que anoten, seguirán sintiéndose parte de la institución a la que cada fin de semana apoyan, algunas veces con pasión, algunas otras con escepticismo, pero siempre con amor.

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