El Esportito

martes, 9 de agosto de 2011

Totti el Gladiador (publicada en 2008)



“Al final de la ceremonia, el volvió atrás, me tocó la frente y me dio un beso. Me transmitió una gran energía. Siempre he pensado que ese gesto del Papa fue una especie de bendición”, Francesco Totti al hablar de su niñez, sobre la primera vez que vio a Juan Pablo II.

En el fútbol moderno son contados los jugadores que se retiran con la playera con la que debutaron sin haber jugado en otro equipo. Este tipo de jugadores son auténticos estandartes del amor a la camiseta.

Totti ingresó a las filas romanistas a la edad de 13 años en los equipos juveniles, con su talento despertó la atención de los entrenadores y visores de la institución, sus habilidades, la técnica depurada y su característica elegancia para tocar el balón lo llevaron a debutar a los 16 años de edad en la temporada 1992-1993, pero sería hasta la siguiente campaña, en la que Francesco anotaría su primer gol con la Roma en la Serie A.

“El Niño Grande”, como le llamaban a Totti de joven, lucía por su exquisitez y su sorprendente visión de campo, por lo que pronto se le auguró un futuro prometedor en las canchas. Con el paso del tiempo Totti se fue convirtiendo en la figura del equipo, en el jugador que recaía el peso de ganar y de jugar bien.

Francesco llegó a ser uno de los jugadores más polémicos dentro de la orbe futbolística, primero al declarar que había tardado cuatro meses en armar un rompecabezas para niños de 3 años, también cuando aceptó que nunca había leído un libro; estas dos fueron detonantes para que la gente se mofara de su ignorancia fuera del campo y se hablara de Francesco en cada ciudad italiana que pisaba.

 A pesar de ello, Totti dejó a un lado las críticas, demostrando su espíritu de gladiador y su inteligencia donde debía, en la cancha, en su coliseo, creando las famosas jugadas “made in Totti”, fantaseando con sus compañeros, luchando cada jugada a muerte y así fue como se ganó la confianza y la adoración de los  tifosis en el Olímpico.

Totti fue nombrado el mejor jugador italiano en el 2000, tras ganar el scudetto con la Roma en esa misma temporada. Totti además de ser un goleador nato, es también un pasador fenomenal, liderando siempre el rubro de los goles y asistencias para su club, un peligro constante a balón parado y un líder dentro de la cancha.

En el verano del mismo año, fue nombrado el mejor jugador de la final de la Euro 2000 en la que Italia perdió con Francia.

Totti ha demostrado debilidades en su carácter y suele cosechar enemigos, como cuando le escupió al jugador Danés Poulsen y lo echaron tres partidos, también es conocida su agresividad al jugar y disputar por un balón, pero no tarde esa explosividad cobró factura y previo al mundial de Alemania se fracturó y estuvo a punto de no asistir al Mundial en el que se consagraría como campeón del mundo.

Totti cuando se lesionó, supo inmediatamente que tenía que recuperarse, tenía que volver para el Mundial en Alemania, el italiano no tenía margen de error para volver a fracasar en la selección, es por eso que Totti puso todo su empeño para volver a jugar.

Cuando todos daban por hecho que las genialidades de Totti habían terminado y que sus mejores años como futbolista habían pasado, el “Gladiador” resurgió para llevarse la Copa y la Supercopa italiana la temporada pasada, al igual que el Botín de Oro.

Totti se retiró de la selección después del Mundial, explicando que sus capacidades técnicas siguen intactas, pero que las físicas lo limitaban a dar el 100% con el equipo de sus amores, La Roma.

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