Debut del Tricolor en las Eliminatorias (publicada en 2008)

Mantengo intacto el recuerdo del último partido de eliminatorias entre México y Honduras rumbo al mundial del 2002, celebrado en Corea y Japón. Los verdes eran dirigidos por el "Vasco" Javier Aguirre, mientras que los hondureños por Ramón “El Primitivo” Maradiaga, actual técnico de Guatemala.

Las cosas eran muy diferentes en ese entonces, la diferencia técnica, idea táctica y futbolística entre estos países era enorme, correspondiente a la infraestructura de sus estadios, campos de entrenamiento, centros de alto rendimiento y apoyos económicos por parte de sus respectivas federaciones. Esos días, eran los últimos en los que México podía presumir su supremacía en el área y así nombrarse el gigante de la zona; Honduras no era más que un equipo sin experiencia, joven, prometedor y con muchas limitaciones.

Ese día al tricolor le bastó con salir al terreno de juego en el majestuoso estadio Azteca y demostrar el hambre de ganar y sobretodo la necesidad de esos tres puntos que lo clasificaran a la máxima justa del balompié mundial.

Con goles de Francisco Palencia y de Cuauhtémoc Blanco, los mexicanos dieron cátedra de futbol y vencieron abultadamente 3 por 0 a los diezmados catrachos, quienes jugaron con algunos suplentes, ya que sus figuras arrastraban una serie de lesiones en los partidos previos de la eliminatoria.

Este miércoles, México demostró que ya no es invencible, que los partidos en el Azteca ya no son las típicas y simples “cascaritas” que se daban en los tiempos de Nacho Ambríz, Zague y compañía, donde se metían goles por docena.

Tanto los jugadores, como los medios de comunicación, deben darle el lugar que se merecen y reconocer que en la actualidad ya existen selecciones como la de Honduras, que nos pueden llegar a sorprender con su buen accionar en nuestro territorio.

Ya es hora de poner los pies en la tierra y decir dejar a un lado los nacionalismos sin sentido, constantemente nos quejamos de que se le trata de mala manera e injustamente a los equipos mexicanos cuando participan en torneos sudamericanos (Copa América, Copa Libertadores y Copa Sudamericana), cuando aquí mismo, los diarios deportivos de más reconocimiento y los mismos jugadores de la selección mexicana insultan y le faltan el respeto a los caribeños y centroamericanos.

Basta de pensar que solo los mexicanos triunfan en Europa, cuando es evidente la calidad técnica de Julio Cesar “Rambo” de León en el Parma italiano, la rapidez y gran capacidad física de Edgar Álvarez en la Roma, la potencia y contundencia de David Suazo en el Inter de Milán, la recuperación de balón y el despliegue de Wilson Palacios en la liga Premier.  Basta de ridiculizar a los contrarios con comentarios como los de André Marín y Jorge Campos en plena transmisión, cuando se refieren a ellos como jugadores semi-profesionales y de llano.

Por otro lado, es aplaudible la actitud y la labor de Luis García en dicha televisora, pues fue el único que tuvo la capacidad de investigar un poco más allá acerca de esta selección y su estilo de juego. Con comentarios atinados, se refirió a cada uno de los integrantes e incluso del estratega colombiano Reinaldo Rueda.

Sven Goran Eriksson desde un inicio planteo un respeto frente a sus adversarios, reconoció la calidad y el potencial de los rivales e incluso elogió a más de uno en las conferencias de prensa previas al enfrentamiento, pero la incesante necedad y la soberbia de los medios de comunicación, nos vendieron la idea de que México sigue siendo ese equipo inalcanzable.

Estoy convencido de que el tricolor pasará caminando esta ronda sobre Canadá y Jamaica y que la siguiente, se adjudicará uno de los 3 pases directos que la FIFA le da a nuestra zona. Tenemos la mejor camada de jugadores en toda la historia de la selección y también contamos con un entrenador muy capaz de solucionar las adversidades que se presenten en el camino a Sudáfrica 2010, pero también me queda claro que se debe hacerlo con humildad y respeto para todas y cada una de las selecciones participantes en la eliminatoria.

Finalmente, pienso que el susto de esta semana en el Azteca, es un serio aviso para no caer en vicios de confianza y jugar con la convicción de demostrar en conjunto y como equipo, las enormes cualidades de nuestros seleccionados.